lunes, 16 de marzo de 2015

LA MORAL



LA MORAL
Moral es una palabra de origen latino, que proviene del términos moris “costumbre”. Se trata de un conjunto de creencias, costumbres, valores y normas de una persona o de un grupo social, que funciona como una guía para obrar. Es decir, la moral orienta acerca de qué acciones son correctas (buenas) y cuales son incorrectas (malas).


ANTECEDENTES
La moral primitiva 

La moral primitiva es la moral que comienza a desarrollarse en la aurora de la sociedad humana. En esta moral domina un colectivismo que borra todo individualismo; las diversas actividades son realizadas en común por los integrantes de la tribu: recolección de frutos, pesca, construcción de viviendas, etc.

La moral primitiva es consuetudinaria, es decir, se mantiene por la fuerza de la costumbre. Una de las bases de la moral primitiva es la ayuda mutua, la obligación recíproca de ayudarse, el espíritu de solidaridad, defenderse y vengar las ofensas.

La virtud fundamental es el valor del individuo puesto en práctica en la defensa y preservación de la tribu. El vicio es lo contrario: la cobardía o indiferencia a los intereses de la tribu.

La moral en la Antigüedad clásica

La moral en la Antigüedad es la que se desarrolla en la cultura grecorromana, a partir del siglo V a.C, hasta los inicios del cristianismo. Se caracteriza por el surgimiento de la esclavitud y la propiedad privada. Los esclavos son considerados como simples instrumentos al servicio de los hombres libres. Al igual que los esclavos, la mujer es menospreciada por considerársele inferior.

La moral imperante es la desarrollada por los hombres libres, cuyas virtudes tienden a exaltar el espíritu cívico: fidelidad al Estado, heroísmo y valor en la guerra, fiel observancia de las leyes, etc.

Esta moral, propia de la sociedad esclavista, encuentra su justificación en las teorías de los filósofos clásicos. Aristóteles, el más grande pensador del mundo antiguo, se niega a admitir que el esclavo sea hombre, y la mujer libre, un miembro de la sociedad con igualdad de derechos.

La moral en la sociedad feudal

Durante la Edad Media surge una nueva moral. El régimen feudal se basa en la gran propiedad de tierra. En lugar del esclavo se encuentra el siervo, que es propiedad del terrateniente; pero se le considera un ser humano y se le da cierta protección. La moral que domina es la propagada por la aristocracia, cuyas virtudes se cifran en el culto al honor, el valor y el arte de la guerra, la nobleza de sangre, el desprecio al trabajo manual. 

El código moral de los caballeros tiene exigencias como las siguientes: Todo caballero debe tener actitud y lealtad conjuntamente; debe proteger a los pobres para que los ricos no los opriman, y sostener a los débiles para que los fuertes no los humillen, debe alejarse de cualquier lugar donde habite la traición o la injusticia. Cuando las damas o doncellas necesiten de él, debe ayudarlas con su poder, si quiere ganar alabanzas y premios, pues hay que honrar a las mujeres y soportar la pesada carga de defender su derecho.

Otra característica esencial de esta moral feudal es la subordinación a la religión. La religión es la suprema legisladora de la moral, religión que aconseja la resignación ante las miserias e injusticias.

La moral en la sociedad moderna

Con los ideales de libertad, tolerancia y progreso, la época moderna instaura una nueva idea del hombre y la moral. Se llega a superar la esclavitud y la servidumbre. Las relaciones humanas giran en torno al afán de riqueza. El espíritu capitalista comienza a advertirse hacia fines del siglo XV. 

El objeto principal de la acción humana es la búsqueda de la riqueza y esto repercute en la moral. Lentamente, pero de modo irresistible, la ciencia reemplaza a la religión y se convierte en factor principal de la nueva mentalidad humana. La doctrina del progreso, mediante la razón desaloja la idea de una edad pretérita, con su noción de pecado original. 

Entre las virtudes más estimadas por la sociedad burguesa están la honradez, la laboriosidad, la fidelidad conyugal, el patriotismo, etc. La valentía y el arrojo, virtudes de antaño, fueron sustituidas por las virtudes de la escrupulosidad, el ahorro y la astucia en los negocios. La curiosidad intelectual y la confianza en uno mismo, de pecados mortales pasaron a ser virtudes sobresalientes.

EL VALOR DE LA MORAL
Se dice que existe un valor moral específico y peculiar, distinto del empírico-emotivo, utilitario, estético y religioso, en cuanto que corresponde a una experiencia justamente específica e irreductible, que es la experiencia moral.
El juicio apreciativo ético es un acto existencial vivido, que brota de las raíces mismas de la condición humana, en la cual el sujeto que busca un porqué y un significado a su vida expresa justamente el valor de aquellas acciones (o sentimientos) que le parecen constituir o enriquecer tal significado (Metaética).

El valor moral tiene una índole específica propia que no puede confundirse con el valor de la utilidad (individual o social), de la ingeniosidad, habilidad, cultura, belleza estética y sacralidad religiosa.
El valor moral habla del peso que nosotros le damos a todas aquellas cosas o acciones que se hacen parte de nuestro día a día y con las cuales podemos realizar nuestros objetivos. Que tanto apreciamos las cosas ya sean grandes o pequeñas.

LA MORAL Y OTRAS FORMAS DE CONDUCTA HUMANA.

Los seres humanos tienen diferentes tipos de comportamiento dependiendo de sus relaciones con el mundo exterior y entre los propios hombres, y también de acuerdo a la diversidad de sus necesidades.
El hombre diversifica sus comportamientos dependiendo de dos cosas, la primera es dependiendo el objeto con el que entra en relación como por ejemplo la naturaleza, las obras de arte, Dios, los otros hombres etc.; y la segunda es según la necesidad que se trata de satisfacer como por ejemplo la de producir, conocer, comunicarse etc.. La relación que tengan las diferentes formas de comportamiento de los seres humanos depende de las condiciones históricas, estas condiciones determinan el comportamiento que una persona adopta en cierto tipo de sociedad y en una época dada.
Desde mi punto de vista la moral siempre va a estar dada por el entorno en el que se viva ya que muchos factores determinan nuestra conducta hacia la sociedad, vestimenta, habla y hasta nuestros gustos y preferencias.
La moral se ha convertido en algo esencial para definir algunas costumbres de las sociedades modernas y para tratar de formar la conducta del ser humano de acuerdo a su entorno y objeto.

CONDICIÓN MORAL DEL HOMBRE

      ¿Qué es la moral humana?

      La palabra moral viene del latín mos-moris, que significa costumbre, modo de vivir, el carácter o la forma de ser tanto de un individuo como de una sociedad, aunque también alude a norma, precepto. Siguiendo así, a los antiguos romanos, que la definían como el conjunto de:




las normas que rigen la conducta de un individuo en una sociedad y las valoraciones que hacemos sobre actos humanos que consideramos desde la perspectiva de lo bueno o lo malo, lo justo o lo injusto, etc.





La condición moral del hombre básicamente se va a dar por la sociedad en la que se viva ya que son todas las conductas que el individuo debe de acatar, así como las acciones a realizar por el mismo dependiendo del contexto bueno o malo.



MORAL Y MORALIDAD
 La “moral” designaría el conjunto de principios, normas, imperativos o ideas morales de una época o una sociedad dadas, en tanto que la “moralidad” haría referencia al conjunto de relaciones efectivas o actos concretos que cobran un significado moral con respecto a la “moral” dada. La moral se daría idealmente; la moralidad realmente. La “moralidad” sería un ingrediente efectivo de las relaciones humanas concretas (entre los individuos o entre el individuo y la comunidad). Constituiría un tipo específico de comportamiento de los hombres, y como tal, formaría parte de su existencia individual y colectiva.
  La distinción entre “moral” y “moralidad” corresponde, a que la moral tiende a convertirse en moralidad en virtud de la exigencia de realización que está en la entraña misma de lo normativo, la moralidad es la moral en acción, la moral práctica o practicada. Así, pues, en la moral se conjugan lo normativo y lo fáctico, o la moral como hecho de la conciencia individual y social, y como tipo de comportamiento efectivo de los hombres.
De cierta forma podemos decir que la moral se va a encargar de aquellos actos que todavía no se llevan a cabo y la moralidad es cuando el acto ya se está llevando acabo la actitud que tomamos para realizarlo.

CONCIENCIA MORAL
Para determinar la noción de la conciencia moral, acudiremos una vez más a nuestra propia experiencia.
a) Es un hecho que nadie de nosotros juzga las acciones de un vegetal o de un animal irracional como acciones morales o inmorales. Sólo un ser humano es sujeto de actos morales o inmorales. Podemos por tanto, concluir que "la conciencia moral es una función de la persona humana".
b) La experiencia nos enseña que ciertas personas observan una determinada conducta moral y que otras se conducen de forma inmoral. En consecuencia "la conciencia moral no es algo añadido a la persona, sino que es la misma persona, el sujeto de la conducta moral". "La conciencia moral es una realidad dinámica que capacita al hombre para captar y vivir los valores morales". Su desarrollo y perfección dependen del desarrollo y de la perfección de la personalidad de cada hombre.

Elementos constitutivos de la conciencia moral 

a) Elementos racionales que concurren a la formación de los juicios
Los juicios son formulados antes y después del acto moral. Los juicios previos al acto moral establecen los principios. Por ejemplo: Hay que hacer el bien y evitar el mal.
En otras palabras, se juzga que, si tal acto es bueno, debe ser realizado; si es malo, debe ser evitado.
Los juicios después del acto. Una vez realizado el acto, la conciencia lo acepta si fue bueno y lo rechaza en el caso de que haya sido malo. La conciencia juzga también si el acto fue digno de recompensa o de castigo. Si fue malo se pronuncia sobre la obligación de reparar los males causados.
b) Los sentimientos morales antes del acto.
El hombre naturalmente tiene la tendencia de hacer el bien y evitar el mal.
Experimenta, a la vez, respeto al deber, y por ende, aprecia la conducta buena y menosprecia la conducta mala.
Los sentimientos morales después del acto. El deber cumplido produce en el hombre alegría. Al no cumplir con su deber, el hombre suele llenarse de tristeza y, a veces, de vergüenza o remordimiento por el mal causado.
c) Los elementos activos.
Son actos de la voluntad. Una vez que la inteligencia ha concebido el objetivo, la voluntad elige los medios necesarios para alcanzarlo y, finalmente, busca su ejecución.


REFERENCIAS:
·        
Ética:La Conciencia Moral
© Apocatastasis: Literatura y Contenidos Seleccionados 
·         Sánchez Vázquez, Adolfo, Ética, (Grijalbo, México, 1997) pp. 57-58


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